Me gustaba como no tenía preocupaciones, o como no las mostraba, porque eso hacía que algo en mi se tranquilizará, y me dijera que todo iba a estar bien mientras el estuviera aquí. me gustaba su determinación, porque a quien no podrían gustarle aquella rotundidad y esa manera de estar tan seguro de que podría eliminar cualquier problema. me gustaba que me llevará de un sitio para otro sin rumbo, y sin prisa, que simplemente vagara conmigo a mi ritmo, sin acelerar ni retroceder, y sobretodo sin pararse.
me gustaba como sonreía a los problemas, y envidiaba su manera de afrontarlos, porque yo nunca llegaría a ser tan fuerte. me gustaba que el fuera más adelantado que la vida, y que esta nunca le sorprendiera.
y con el tiempo me di cuenta que todo ese control se convirtió en dolor, que como yo, te fuiste desgastando, y ahora no eres más que un recuerdo, algo que pudo ser todo y no fue nada. fuiste una primavera perdida y la impotencia de sentir algo demasiado grande.
fuiste y fui, ambos fuimos, fuimos presas del pánico a causa de todo lo que se nos venía encima. y todo fue rápido y nos lo esperamos tan poco que ya no queda nada. solo un chico que cuenta las horas para que el día se acabe, y una chica que ahora se sienta sola en el banco del parque.